Este viernes Moscú luce completamente vestida de blanco por la llegada de una de las mayores tormentas de nieve de los últimos tiempos, que se va a prolongar durante todo el fin de semana.
Los pronósticos estiman que pueden caer hasta 35 centímetros de nieve casi la misma cantidad de precipitaciones que el promedio mensual y que las ráfagas de viento pueden alcanzar los 72 kilómetros por hora. Por si esto fuera poco, las temperaturas se mantienen entre los –10 y -20 grados centígrados.
Ante semejantes condiciones meteorológicas, las autoridades capitalinas dan una prioridad especial a la limpieza de los accesos al metro, las paradas de buses, los centros de salud y los edificios públicos.